lunes, 17 de julio de 2017

EDITORIAL

NOTA DE TAPA

PYMES

POTENCIAN EL DESARROLLO


Lic. MONICA RODRÍGUEZ - Dirección

Las Pymes son la base del desarrollo sostenible
Gran parte de la historia económica de nuestro país se cimentó sobre la base del micro, pequeño y mediano empresariado -en muchos casos de carácter familiar- que supo arriesgar todo su capital y reinvertirlo en su afán de progresar y cuando contaron con el apoyo de políticas públicas favorables transformaron cualitativa y cuantitativamente la escala de nuestra economía.
Las PyMES son motores de crecimiento. Podríamos decir que está en su ADN porque cuentan con virtudes que le son propias: capacidad de producir riqueza, generar múltiples puestos de trabajo con mano de obra intensiva lo cual se traduce en arraigo local y una distribución geográfica más equilibrada de la producción, del uso de recursos y de la riqueza que crean; flexibilidad para adaptarse a los cambios tecnológicos y económicos y audacia a la hora de innovar en nuevos procesos, productos y mercados.
Si revemos algunas estadísticas, observaremos que entre 2004 y 2015 se crearon 229.000 PyMES, llegando a un total de 603.000 de las cuales el 10% eran industriales y conformaban el 99% del total de empresas en Argentina, acaparando el 60% del empleo y el 45% del total de ventas.
Las actuales medidas les están impactando de lleno
Sin embargo, el brusco viraje de modelo y el nuevo perfil que la actual gestión busca darle a nuestro país rompió las reglas de juego que se estaban implementando y esto está impactando de lleno en miles de PyMES que van quedando desprotegidas de la mano de medidas económicas que afectan al comercio, la industria y a las economías regionales, como son los fuertes aumentos en los costos de producción –consecuencia de la devaluación, inflación, tarifazos, altísima presión impositiva, elevadas tasas que le impiden el acceso al crédito etc), sustancial retracción del consumo, apertura de las importaciones y pérdida de mercados de exportación. Todo esto está trayendo una disminución considerable de rentabilidad y en algunos segmentos -industria del calzado, indumentaria, blanquería y marroquinería- pérdidas que se traducen en quebrantos y desaparición de firmas.
Conscientes del rol que tienen las PYMES en nuestro país, es imprescindible que el gobierno adopte un paquete de políticas específicas de “apalancamiento” y acompañamiento sostenido del Estado como promotor en el corto, mediano y largo plazo.
Por último, no podemos soslayar que todo país que aspira al desarrollo sostenible, tiene un Estado presente, que no se limita a establecer regulaciones sino que tiene claro su papel activo y subsidiario impulsando políticas fundamentales que tiendan a concretar aquello que los privados no pueden, no saben o no quieren hacer por sí solos. Esto no significa quitarle al sector privado un papel central, significa que pueden contribuir al desarrollo porque el Estado realiza las inversiones que sirven de plataforma y además saben que cuentan con reglas de juego claras y seguridad jurídica en el largo plazo.

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