jueves, 26 de enero de 2017

INSTITUCIONALES

“VILLA SAHORES”

LA HISTORIA VIVA DEL CLUB

El club Villa Sahores, Sociedad de Fomento Villa Juncal y Biblioteca Popular Dr. Juan Pablo Echagüe como tantas otras instituciones de su tipo nació en las primeras décadas del siglo XX fruto del esfuerzo de hombres sencillos, con espíritu solidario que buscaban crear espacios de encuentro para hacer actividades sociales, deportivas y culturales para ellos, sus familias y la comunidad circundante.
Con el devenir de los años pudieron sobrevivir gracias a administraciones transparentes y dirigencias que supieron conducir la entidad por el camino correcto.
Por eso los socios hoy no dejan de reconocer, valorar la experiencia y consultar en forma permanente a los hombres que fueron pilares y responsables de que el sueño de aquellos muchachos nucleados en “El centro de verduleros Il Figli de Catanzaro” que plantaron la semilla de este club allá por 1931, se mantuviera en el tiempo, creciera y se desarrollara hasta tener la floreciente realidad y prestigio que hoy esta comunidad está cosechando.
AQUÍ VILLA DEL PARQUE estuvo dialogando con ellos alrededor de una mesa del buffet, momentos antes de que comenzara la cena que invariablemente comparten cada viernes, oportunidad en la que también leen relatos que rescatan hitos vividos dentro de esos muros y cantan aquellas canciones que los hace rememorar una época de oro. Todo lo atesoran en una carpeta con la ilusión de que alguna vez se traduzca en un libro que recopile la vida del club.

Ellos son: Roberto Giacón, socio desde 1946 y 4 veces presidente del club; Manuel Pato, socio desde 1947, vicepresidente en el ‘75/‘76 y presidente en el ‘95-96; Osvaldo Godoy, socio desde 1952, presidente de la gestión ‘92-‘93; Mario Montalbetti, socio desde 1952 y varias veces secretario; Jorge Peña, presidente 2002; Raúl Domingo Secorún, socio vitalicio; Francisco Dieguez, (alias Paco) socio vitalicio y Ernesto (Tito) Sucharzuk también socio vitalicio.
Recuerdan con nostalgia “una etapa irrepetible” que se dio durante las décadas del ‘45 al ‘65 con el auge de la música popular, cuando el club era reconocido como “La catedral del tango”. Apadrinados por Mariano Mores y su esposa Mirna, pasaron por allí las más grandes orquestas típicas del país y se lucieron los bailarines más avezados de la ciudad en lo que se conoció como “el surco del disco: máxima expresión del bailable fonoeléctrico”, dado que después de los shows en vivo, seguía el baile pasando los discos de pasta.
No menos importante fue la Peña “La nochera” cuyos padrinos Los Chalchaleros volvían a visitarlos en cada aniversario para deleitarlos con su música.
En aquellos años también hubo importantes logros deportivos. En básquet, salieron subcampeones de los “Torneos Evita” del ´52 recibiendo la copa de manos del presidente de la Nación, General Juan Domingo Perón. En este aspecto rememoran que la primera división de básquet siguió destacándose hasta que la Asociación que los nucleaba obligó a competir en canchas techadas, algo que el club no disponía y los condicionaba a alquilarla al club 17 de Agosto, debido a los altos costos llegó un momento en que tuvieron que resignar la categoría.
En la vitrina de trofeos se destaca una enorme copa… “Nos entregaron esa copa cuando salimos campeones rioplatenses de bochas. Éramos imbatibles”, destaca uno de ellos.
Lamentan que al día de hoy la parte social y musical este más dormida. «Pasaron los años, cambió la gente, cambiaron las costumbres y la música. El club actualmente está más abocado a la parte deportiva, que es lo que busca el socio, aunque la actual comisión está preocupada en promover la actividad social: volvieron las peñas, periódicamente se realizan encuentros de camaradería y solidarios y próximamente nos contaron que también va a haber teatro».
Valoran el crecimiento de socios que la entidad tuvo en los últimos años. Roberto Giacón precisa “cuando yo era presidente había 350, 400 socios, hoy hay más de 1200. Es un avance enorme para una entidad de estas características. Esto es mérito de la actual gestión presidida por Marcelo Torti y de todos los miembros de la comisión directiva que trabajan ad honoren. Están haciendo las cosas muy bien, con transparencia y capacidad de gestión”. Y con orgullo agrega… “Por eso estamos considerados como un ejemplo dentro de los clubes de barrio de nuestra ciudad ”.
Consideran que el esplendor que hoy vive el club «se debe a que se sigue trabajando con el mismo espíritu de aquellos hombres que lo construyeron piedra sobre piedra, cuando venían después de sus jornadas laborales, sábados y domingos a levantar gimnasios, mejorar las instalaciones y realizar tareas de mantenimiento». A tal punto fue así, que el «sueño de tener un natatorio pudo concretarse gracias a un préstamo de los propios socios» nos aclara uno de ellos.
A escasos momentos de llegar los platos con la cena, concluimos la entrevista no antes de agradecer la gentil invitación a compartir la velada. Nos hubiésemos sentido intrusos, elegimos dejar que la magia volviera a desplegarse una vez más, como en cada encuentro, que casi como un ritual tiene como protagonistas a estos caballeros.

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