miércoles, 26 de agosto de 2015

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

SOCIEDAD

CUIDEMOS A NUESTROS PIBES

Timidez, fracaso estudiantil, abuso y bullying.

Escribe: Lic. ADRIANA S. DEZA. Psicóloga Profesora de Filosofía en enseñanza media y universitaria. Especialista en investigación educativa.


Si bien la timidez no suele tener otra esencia que el propio carácter, lamentablemente el efecto en las conductas puede terminar con patologías o en el mejor de los casos síntomas, por la sencilla o no tanto, razón, del entorno hostil e incomprensivo. A los violentos hay que dejarlos solos, no a los tímidos. Los violentos debieran estar en tratamiento, ya. Hasta que eso ocurra, por suerte existen maneras terapéuticas para convivir con los efectos de la timidez y aprender a modificarlos. Ésta surge en la niñez muy temprana y aunque muchos son los motivos por los cuales un pequeño/a se constituye junto a su timidez, quizás lo importante, por lo menos en esta nota, es contarles, que por lo general, existe un aprendizaje para modificar el comportamiento al comienzo de una terapia y luego, erradicar el problema de raíz. El modo varía según el caso porque cada individuo como se sabe, es único e irrepetible.
El chico tímido puede tener dificultades para relacionarse porque entre otros aspectos le cuesta hablar. La dificultad para elegir un tema convocante para otro u otros semejantes, la tiene un niño, un joven, un adulto o cualquier persona de cualquier edad, que nunca se haya tratado.
El joven tímido puede demorar mucho más de lo previsto para preparar el estudio de una materia y esto es muy probable que nada tenga que ver, con un tema cognitivo. También ocurre para el padeciente de la timidez, el sentir o provocar malestar en docentes o empleadores porque carece del recurso discursivo de la persuasión, explicación o lo que fuere que signifique, defenderse ante sí y ante los demás. Es común que una persona débil de valores se sienta fuerte si descarga su dificultad con otra, a la que percibe indefensa. Muchas veces la timidez se confunde con cobardía y entonces, estos individuos son víctimas de acoso o lo que se conoce en algunas ocasiones como bullying, que no es más, que un acoso extremo y además grupal. Los acosadores suelen ser sujetos  con personalidad psicopática cuando no, perversa y una de las formas de combatirlos es nunca convertirse en cómplices del maltrato. 
En el siglo VII a.C., en Grecia surge la palabra para dialogar y evitar así la violencia. Siempre se puede rescatar lo mejor de cada historia para mejorar la propia. 
Entre otros temas, a la timidez la trabajo en forma individual y en talleres de grupos reducidos, si este tema te inquieta de algún modo, comunicate.

Consultas: traful6@gmail.com

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