miércoles, 12 de febrero de 2014

EDITORIAL

LAS MICRO, PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS COMO FACTOR DE DESARROLLO
Escribe: Lic. MÓNICA RODRIGUEZ 

En la historia económica argentina las MiPyMES han tenido un papel protagónico como sostén de familia y motor de crecimiento.
El propio Ministerio de Industria de la Nación difunde una tabla de datos estadísticos donde resalta que las  PYMES constituyen el 99% del total de empresas en la República Argentina, brindan el 60% del empleo, representan el 45% del total de ventas y suman 603.000 (10% de ellas industriales).
En la última década 57% del crecimiento fue explicado por el consumo privado, gran parte dinamizado por el empleo MiPyME. Así, en los años de mayor crecimiento gracias a este sector se ganaron entre 50% y 80% de los nuevos puestos de trabajo, en los años de crecimiento moderado o escaso (2008 y 2012) su rol en la creación de puestos de trabajo supera ampliamente al de las grandes empresas y en años de retracción (2009) mientras las grandes firmas redujeron ocupación las MiPyMEs la mantuvieron.
En efecto, además de su capacidad de generar riqueza, son importantes generadoras de mano de obra y, por lo tanto, de arraigo local; permiten una distribución geográfica más equilibrada de la producción y del uso de recursos y de la riqueza que generan; tienen una flexibilidad que les permite adaptarse a los cambios tecnológicos y económicos y en muchos casos detectar nuevos procesos, productos y mercados. Sobre todo, poseen una capacidad dinámica y una gran potencialidad de crecimiento.
Sin embargo, son altamente vulnerables en coyunturas con incertidumbre macroeconómica, contextos inflacionarios y con ausencia de créditos flexibles y a largo plazo.
Las MiPyMEs argentinas pueden ser no sólo un motor de crecimiento sino un factor del desarrollo de nuestro país dentro de un modelo que requiere políticas específicas de “apalancamiento” y acompañamiento sostenido en el que el Estado asume un rol protagónico como agente promotor en el corto, mediano y largo plazo. Para ello se requieren acuerdos multisectoriales en el marco de un amplio debate que logre consensos perdurables y sirvan de base a un proyecto sustentable para las próximas décadas, fundado en una visión abarcativa que privilegie un perfil productivo en el que Argentina puede diferenciarse, tener amplias ventajas competitivas e importante valor agregado.
En la última década se han creado aproximadamente 229.000 PyMES, lo cual habla de un arduo trabajo ya hecho. Se requiere ahora establecer nuevas metas fundamentalmente para que nuestras empresas ganen mercado interno, regional y nuevos nichos internacionales.

Para finalizar, parece oportuno reflejar lo que dice Mariana Mazzucato –economista italiana, profesora de la Universidad de Sussex, consultora de la Unión Europea y del Gobierno británico. Autora del libro The Entrepreneurial. Debunking Public vs Private Sector Myths): “Sin el Estado, Google no existiría”. En una amplia investigación con estudio de casos de diferentes países, esta profesional busca derribar los mitos que existen sobre las barreras entre el sector público y privado, demostrando el importante rol que los Estados pueden tener en el desarrollo tecnológico y en el de sus empresas nacionales. Así en relación a las empresas hightec dice… “El propio algoritmo que está en la base del motor de búsqueda de Google fue descubierto a través de un proyecto financiado por un organismo estatal como la US National Science Foundation (NSF)”. Y al estudiar el caso en particular de Estados Unidos señala… “el Estado no sólo se dedicó a la regulación sino que tuvo un papel activo en la creación de nuevos mercados, invirtiendo muchas veces en las áreas más riesgosas e inciertas, en las que el sector privado sólo tuvo coraje para adentrarse después”. Y agrega… “no digo que los individuos no hayan tenido un papel central, pero me interesa señalar el hecho de que se montaron sobre una ola de inversiones realizadas por el Estado…”

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